Nuestra salud auditiva no es ningún juego, de ella depende el nivel de eficacia con la que nos comuniquemos con los demás. Por eso te recomendamos las siguientes acciones que pueden ayudarte a cuidar tu audición en tu vida diaria.

  1. Un poco de silencio, por favor

No olvidemos que el exceso de ruido es uno de los principales factores de riesgo para la salud auditiva, por eso es necesario dejar descansar a los oídos durante un tiempo al día. Pero, ¿cuánto tiempo debemos considerar un rato? Hay distintos estudios que parecen demostrar que unas dos horas de silencio al día pueden tener un efecto relajante capaz de mejorar funciones cerebrales. Aunque es cierto que puede resultar realmente difícil en una gran ciudad. Busca un rincón tranquilo en tu casa o en un café cerca de tu casa, un lugar donde aislarse del mundo.

  1. No lo pongas al máximo

No te sobreexpongas a sonidos de gran intensidad; al menos no durante largos periodos de tiempo. Y con esto no solo nos referimos a sonidos externos o inevitables por el trabajo —en ese caso habrá que protegerse debidamente—, en cuyo caso el límite está en 80 decibelios (el equivalente al tráfico de una gran ciudad, el ruido que hace al pasar un camión pesado o un tren, o una aspiradora en funcionamiento): el uso de auriculares también es desaconsejable para la salud auditiva.

  1. Infecciones: no esperes a que se pasen

Las patologías auditivas han aumentado de manera considerable en los últimos tiempos. En niños, es frecuente la otitis media aguda: A los 5 años el 90% de los niños ha tenido una; y el 30% las tiene de manera recurrente. En adultos es más habitual la otitis externa. En ambos casos es importante tratarlas de manera precoz, es decir, cuando empiezan los síntomas: La consecuencia de no hacerlo correctamente es la cronificación del problema o la pérdida de audición y la necesidad de usar aparatos auditivos como apoyo. Por eso es tan importante someterse a revisiones. Los especialistas recomiendan hacerse una revisión auditiva cada año, aunque creamos no tener ningún problema. Y más aún a partir de los 50 años. Se trata de una prueba sencilla e indolora que se lleva a cabo en la consulta del especialista, o en un centro auditivo.

 

  1. Aprende a detectar cuándo un niño tiene problemas

Es cierto que los niños suelen tener revisiones periódicas cuando son bebés. Pero además, hay que estar atento a posibles infecciones. El 60% de la pérdida de audición en población infantil, según la OMS, se debe a causas prevenibles. Es aconsejable acudir al médico en estos casos: Cuando se trata de un bebé, si tiene fiebre, se lleva la mano a la oreja, está inquieto, llora, no quiere comer, no duerme, etcétera. Y, en ocasiones, cuando ceden esos síntomas y sale líquido o sangre del oído. En niños más mayores, cuando tienen dolor, o supuración. Y para detectar posibles problemas auditivos: Cuando ponen alta la televisión, se aíslan jugando, no oyen llegar a su padre o madre, empeoran sus resultados escolares, no adquieren el lenguaje correctamente…”.

  1. Evita estos medicamentos

Varios estudios han demostrado que el abuso de determinados medicamentos se asocia con un mayor riesgo de pérdida auditiva, tanto en hombres como en mujeres. Se trata de medicamentos tan habituales como el ibuprofeno o el ácido acetilsalicílico. Además, un consejo: Para minimizar el efecto ototóxico es importante no sobrepasar las dosis, y evitar otras sustancias lesivas (como disolventes) y el ruido.

 

  1. Usa protección (sobre todo si no te expones a picos de ruido)

Un estudio de la Universidad Estatal de Wayne (Detroit), aseguró que la pérdida auditiva inducida por el ruido es la enfermedad laboral más común en Estados Unidos. Hasta 30 millones de trabajadores de ese país están expuestos a niveles potencialmente perjudiciales de ruido. El mismo estudio indica que se trata de un problema que se puede prevenir mediante el uso de dispositivos personales de protección auditiva. Es importante emplear protectores individuales (cascos y tapones protectores), según la actividad y el tipo de ruido. Y una curiosidad: según un estudio de la Universidad de Stanford, los empleados que más a menudo experimentan la pérdida de audición son aquellos que en el trabajo están expuestos a niveles generales de ruido ambiental moderado, pero constante, porque se protegen menos que los expuestos a ruido intenso.

  1. No fumes

Los fumadores tienen un 70% más de probabilidades de sufrir pérdida de audición que los no fumadores. Esta afirmación proviene de varios estudios, uno de ellos publicado por el Journal of the American Medical Association, en 1998. Otro, relaciona la mayor frecuencia de otitis media en niños con el tabaquismo pasivo, es decir, hijos de padres fumadores.

Los resultados de la cirugía del oído son peores en los fumadores. También se ha demostrado que el tabaquismo agrava los efectos del ruido sobre la audición. De todos modos, en el caso del tabaco, no es la audición lo que más nos debe preocupar. Tiene efectos tan nefastos para la esperanza de vida y para la calidad que, rotundamente, lo recomendable es no fumar nada.

  1. Come más pescado, pasas y lácteos

Determinados alimentos protegen el oído por su alto contenido en ácido fólico y vitamina B1, elementos que resultan claves para controlar la pérdida de audición en determinadas edades. Esto se deduce de varios estudios, de los que se deduce que la suplementación dietética podría constituir el primer paso para la prevención y reparación potencial de los daños auditivos antes de que llegue a la irreversibilidad. También un estudio de la Universidad de Sydney incide en la importancia del consumo de pescado por su alta cantidad de Omega 3. Recomienda consumirlo, al menos, dos veces a la semana. Es decir, una dieta saludable minimiza el efecto de la edad en la audición, se recomiendan además estos alimentos que protegen el oído interno: zanahorias y lácteos, que potencian la creación de barreras inmunes; ciruelas (pasas y frescas) y melocotones, ricos en zinc que mejora las defensas; judías, espárragos, guisantes, espinacas, berenjenas y ajos, ricos en vitamina B1 que ayuda a regenerar las células del oído y los nervios auditivos.

 

  1. ¡No introduzcas objetos en el oído!

Para empezar, no es necesario usar estos palitos terminados en algodón que todos conocemos como bastoncillos porque, según la OMS, es un órgano que se limpia por sí solo. Pero además, es una pérdida de tiempo que puede llegar a ser peligrosa. Las orejas deben limpiarse en la ducha como el resto del cuerpo; y con el dedo se limpia la entrada del conducto del oído. Además, no es conveniente introducir ningún instrumento en el conducto auditivo porque probablemente solo conseguiremos empujar el cerumen y que se forme un tapón”. Y en tal caso, nada de remedios de la abuela: Lo mejor es ir al médico. Las soluciones caseras, sin saber lo que ocurre pueden resultar contraproducentes, incluso peligrosas.

En el Centro Auditivo Mérida sabemos lo importante que es para nuestros pacientes el poder comunicarse de manera efectiva con los demás, por ello nos especializamos en mejorar la calidad de vida de las personas con problemas auditivos a través de una atención personalizada y con la última tecnología en audífonos y equipos especializados en corrección auditiva de marcas tan prestigiadas como Siemens, Widex, Oticon, Phonak o Starkey.

 

Si requieres mayor información acerca de cómo podemos ayudarte, contáctanos en cualquiera de nuestras tres direcciones para agendar una cita y brindarte la solución adecuada que necesitas:

 

* García Ginerés: C.19 entre 14 y 16 #195-2 C. P. 97070, Mérida, Yucatán. Tel: (999) 290 8002.

* Altabrisa: Torre MAGNIA C.15 entre 18 y 22 #503 Planta Baja Local 2 C. P. 97130. Tel: (999) 406 0554.

* Tepatitlán: Av. Marcelino Champagnat 252, Tepatitlán Jalisco. Tels: 01800-8384802 y (01378) 7814004.

 

Decídete a cambiar tu vida, ¡acércate a nuestros especialistas hoy mismo!